Las autoridades mexicanas elevaron el lunes a 47 el número de desaparecidos por el huracán Otis mientras continúan las labores de búsqueda tanto en tierra como entre las embarcaciones que se hundieron en Acapulco, el turístico puerto que fue devastado por el de categoría 5
Además, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador se ajustó la cifra de fallecidos a 45, tres de ellos extranjeros, pese a que el gobierno federal había reportado el domingo en un comunicado tres muertos más. El propio mandatario no descartó que haya víctimas cuyo deceso no se ha certificado todavía.
El nuevo balance lo ofrecieron la gobernadora del estado de Guerrero, Evelyn Salgado, y su fiscal Sandra Luz Valdovinos, quien afirmó que a la morgue llegaron 45 cuerpos —de los cuales 16 ya han sido entregados— y que esa era la información “verídica y real” el lunes por la mañana
Entre los fallecidos hay tres extranjeros que eran residentes en Acapulco, dijo Valdovinos: una persona estadounidense —cuyo cuerpo ha sido entregado a sus familiares—, otra británica y otra canadiense.
La cifra de desaparecidos también podría crecer porque, según la fiscal, la cifra de 47 corresponde a las personas cuyos familiares ya han entregado información genética para identificarlas. Más de 150 personas que permanecían en paradero desconocido, entre ellas dos de nacionalidad sueca, ya han sido localizadas.
El secretario de Marina, José Rafael Ojeda, tampoco descartó que pueda haber más víctimas en las 29 embarcaciones hundidas que ya han sido localizadas. Agregó que se espera la llegada de un buque el lunes para poder recuperar esos barcos, mayoritariamente, turísticos.
Un líder empresarial, Alejandro Martínez Sidney, dijo a la emisora local MVS que en esas embarcaciones había unas 120 personas, pero ninguna autoridad ha confirmado ese dato.
Según Martínez Sidney, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos en Acapulco, es normal que la tripulación acuda a amarrar bien las embarcaciones ante la llegada de ciclones y posiblemente quedaron atrapados en ellos al no prever que Otis pegara con tanta fuerza.
Abigail Andrade Rodríguez era uno de los cuatro miembros de la tripulación a bordo de estos yates, un barco bimotor de alquiler llamado Litos de 29 metros de eslora que estaba en Puerto Marqués, al sur de la bahía principal de Acapulco, cuando llegó Otis.
Según contó a AP su tía, Susy Andrade, la última vez que tuvieron noticias el yate iba camino de la marina de Acapulco para resguardarse en ese lugar. Después se perdió el rastro.
Andrade dijo que su sobrina habló con la familia y “dijo que el mar estaba muy picado, que saldrían… hacia la marina para ver si ahí estarían más seguros, pero al parecer ya no llegaron”.
“El panorama no es alentador, pero queremos encontrarla”, afirmó.
Alrededor de la medianoche, se cree que el yate hizo una llamada de emergencia. Se desconoce si el Litos está entre los 29 barcos que la Secretaría de Marina ha ubicado hundidos.
El secretario de Marina indicó también que los turistas que había en Acapulco ya salieron —un total de 546 evacuados—, pero señaló que el lunes estaba prevista la llegada al aeropuerto de la ciudad de vuelos comerciales por si más personas querían salir.
Al menos 260 de los evacuados eran extranjeros, según datos previos de la cancillería.
El aeropuerto todavía no funciona por la noche por falta de energía, pero las autoridades confían en que pueda volver a operar nocturnamente el martes.
Militares y equipos civiles de emergencia proseguían con las labores de limpieza en las vías de la ciudad de un millón de habitantes donde aún había en torno a 175.000 hogares luz, según los datos más recientes de la compañía federal de electricidad, y buena parte de la población sin agua mientras intentaban garantizar la seguridad después del caos que imperó durante días y que proseguía sobre todo en la periferia
Aunque las autoridades siguen haciendo un censo de daños ya informaron que Otis afectó más de 270.000 viviendas y 120 hospitales y clínicas, además del 95% de los comercios y el 80% de la infraestructura hotelera.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha criticado duramente a sus adversarios, a los que acusó de utilizar las muertes y la tragedia con fines políticos, mientras en Acapulco algunas familias esperan noticias de los suyos y otras empezaron a enterrar a sus muertos.
El domingo, a las puertas de la morgue de la ciudad, Katy Barrera, de 30 años, aguardaba junto a otros familiares la entrega de los cuerpos de su tía y sus dos primos, de 13 y 2 años, que murieron luego de que un alud sepultara su humilde casa.
A la tragedia de Barrera se sumaba el hecho de que su madre, hermano y un tío permanecen desaparecidos. “Que no se mienta… son muchas las personas que están llegando muertas, son miles de desaparecidos”, dijo la mujer al quejarse de las cifras que ofrecen las autoridades.