En un episodio que podría definir el rumbo político en Cuauhtémoc, Caty Monreal, la candidata de Morena, enfrentó la humillante realidad de un evento de campaña con un alarmante número de sillas vacías. Este escenario no solo reflejó una crisis de apoyo popular, sino que también marcó el inicio de una operación de rescate política altamente orquestada, revelando las tensiones y las desesperaciones dentro de su partido.
Ante el inminente riesgo de un fracaso que se propagaría rápidamente por los medios y las redes sociales, Ricardo Monreal, en su papel de figura prominente de Morena, junto con Adrián Ruvalcaba, del Partido Verde, hicieron una llamada de emergencia a Sandra Cuevas. Cuevas, exalcaldesa de Cuauhtémoc, se convirtió en una pieza clave en este teatro de operaciones políticas, diseñado para transformar un inminente desastre en una narrativa de éxito.
La llegada de Sandra Cuevas, junto con un enjambre de taxistas, fue una estrategia diseñada para infundir una sensación de dinamismo y apoyo en un evento que de otra manera hubiera sido un símbolo del aislamiento político de Caty. Esta táctica plantea preguntas profundas sobre la autenticidad del apoyo que Caty Monreal realmente tiene entre los votantes de Cuauhtémoc. Los taxistas, que llenaron el lugar no por convicción política, sino por convocatoria, se convirtieron en actores involuntarios en esta dramatización de la política local.
Este incidente no solo pone de relieve la vulnerabilidad de la candidatura de Caty Monreal, sino que también expone las complejas redes de influencia y apoyo en Morena y sus aliados. La intervención de Ricardo Monreal, lejos de ser un simple gesto de apoyo paternal, ha sido interpretada por muchos como una evidencia clara de nepotismo, cuestionando la integridad del proceso que llevó a Caty a ser la candidata. En un contexto político donde la percepción pública juega un rol crucial, la capacidad de Caty para atraer apoyo genuino, libre de la sombra de su padre y de maniobras políticas, se convierte en la pregunta central que definirá su futuro y el de Morena en Cuauhtémoc.