El conflicto de hace 4 años con los vendedores locales de Coyoacán, sigue repercutiendo en su carrera política de Leticia Varela, a quien se le señala como una persona incapaz de manejar crisis e insensible con los ciudadanos.
Hace cuatro años, durante la crítica etapa de la pandemia de Covid-19 en septiembre de 2020, Leticia Varela, entonces funcionaria, se vio envuelta en una controversia que aún resuena en las calles de Coyoacán. En un momento en que la adaptación y la flexibilidad eran cruciales para la supervivencia económica, especialmente para los comerciantes que ya enfrentaban desafíos sin precedentes, Varela optó por un enfoque que muchos consideraron insensible y obstaculizador.
A pesar de que se habían otorgado permisos para que los comerciantes se instalarán con las medidas de seguridad adecuadas, Varela bloqueó estas acciones, citando preocupaciones de seguridad debido al semáforo naranja de la pandemia. Esta decisión fue vista como una medida excesivamente restrictiva y una falta de apoyo a la comunidad comercial local que luchaba por mantenerse a flote.
Cuando los comerciantes afectados buscaron respuestas y se dirigieron a su residencia para protestar, Varela no solo evitó enfrentar el problema directamente, sino que además los acusó de intimidación, desviando la atención de la legitimidad de sus reclamaciones y victimizándose en un intento de desacreditar la protesta. Esta actitud fue percibida como un claro ejemplo de evasión de responsabilidades y falta de liderazgo compasivo en tiempos de crisis.
Su falta de disposición para dialogar y buscar soluciones fue interpretada no solo como una falta de empatía, sino también como una desconexión con las realidades de su comunidad. En lugar de facilitar un entorno que permitiera a los comerciantes trabajar dentro de las restricciones impuestas por la pandemia, su rigidez sólo añadió más tensión y desesperación a aquellos que ya estaban en una situación precaria.
La postura de Varela en aquel entonces planteó serias dudas sobre su capacidad para manejar situaciones de crisis y su compromiso con los intereses de los ciudadanos que se suponía debía representar y proteger. El bloqueo no solo afectó a los comerciantes en términos económicos, sino que también afectó la percepción pública de su liderazgo, dejando una mancha en su carrera política que ha continuado generando desconfianza y resentimiento entre muchos de los residentes y comerciantes de Coyoacán y actualmente en la alcaldía Benito Juárez.