En el debate Rojo de la Vega señaló el Monrealato como símbolo de corrupción y nepotismo, quienes se encargan de imponer a las personas que deben gobernar en la alcaldía Cuauhtémoc.
En un momento decisivo del debate presidencial, Alessandra Rojo de la Vega, candidata de la coalición PAN, PRI y PRD, intensificó sus críticas hacia Catalina Monreal Pérez, candidata de Morena, acusándola de perpetuar un legado de «mediocridad, abandono y corrupción» conocido despectivamente como «El Monrealato». Rojo de la Vega no solo condenó los delitos como violaciones y homicidios que, según ella, han aumentado bajo la administración actual, sino que también apuntó directamente a las conexiones políticas y personales de Monreal con figuras controversiales, incluyendo a Sandra Cuevas.
Durante su intervención, Rojo de la Vega criticó duramente los resultados de los nueve años de gestión de Monreal y sus aliados, a los que culpó de la degradación de la seguridad pública y la calidad de vida en general. “Ha llegado el momento del cambio. Ya basta de violencia, pobreza e inseguridad, la herencia de todo tipo de basura, material y moral con la que la familia Monreal y Sandra Cuevas quieren seguir intoxicando nuestros hogares”, expresó con vehemencia.
Rojo de la Vega señala, la relación entre Monreal y Cuevas es un ejemplo claro de cómo las redes de influencia y amistad personal influyen en las decisiones políticas que afectan directamente al bienestar de la población. «Sandra fue impuesta por el mismo señor que impone a la candidata Monreal que, por cierto, llevan el mismo apellido. Son grandes amigas desde hace ya varios años y ellos forman parte del Monrrealato», afirmó, sugiriendo un entramado de nepotismo y favoritismos que, a su juicio, han contribuido al deterioro de la situación política y social.
Estas declaraciones marcan un momento álgido en la campaña, en el que Rojo de la Vega busca no solo destacar las falencias de sus oponentes, sino también posicionarse como la candidata del cambio y la rectitud, ofreciendo una alternativa a lo que ella considera una gestión corrupta e ineficaz. La contundencia de su mensaje apunta a captar la atención de los votantes desencantados con la situación actual y ansiosos por un nuevo liderazgo que prometa reformas y una mejora tangible en sus vidas.