La Asociación de Recursos Humanos Coahuila Sureste (ARHCOS), que por años ha sido una referencia para las empresas de la región, vive una crisis interna que amenaza con fracturarla de manera irreversible. Socios inconformes, expresidentes y fundadores han señalado de manera directa al presidente Xavier Galindo Valdez y al vicepresidente Miguel Ángel Muñoz Betancourt como responsables de prácticas desleales y abuso de confianza. Este conflicto, que ha escalado en los últimos meses, podría derivar en una demanda colectiva por daños y perjuicios hacia la organización.
El epicentro del problema recae en Muñoz Betancourt, quien no solo ha sido acusado de actuar en contra de los intereses de empresas socias, sino que ha admitido públicamente haber demandado a varias de ellas. Estas declaraciones, realizadas durante reuniones internas de ARHCOS, encendieron las alarmas entre los miembros, quienes consideran inadmisible que alguien con estas acciones continúe ocupando un cargo tan relevante dentro de la asociación.
A pesar de las constantes peticiones de renuncia, tanto de expresidentes como de socios destacados, Muñoz Betancourt se ha mantenido firme en su posición, amparado por el apoyo del presidente Galindo Valdez, ejecutivo de Borg Warner. Esta protección ha sido interpretada por los inconformes como una muestra de complicidad, lo que ha alimentado aún más las tensiones internas.
El deterioro de la confianza en la dirigencia ha tenido consecuencias graves. ARHCOS ha perdido su lugar en organismos de gran relevancia como el Consejo de COPARMEX, el Consejo Laboral Tripartita y la Unión de Organismos Empresariales Coahuila Sureste, lo que debilita su capacidad de influencia y representación en la región. Además, las acusaciones de falta de probidad y transparencia han puesto en entredicho los valores fundacionales de la organización.
La situación no es nueva. Algunos socios recuerdan que estas malas prácticas comenzaron a manifestarse durante la presidencia de Juan Cessaty, ejecutivo de APTIV, quien permitió que intereses personales y conflictos internos afectaran el desempeño de ARHCOS. Sin embargo, bajo la actual administración, los problemas han alcanzado un punto crítico que amenaza con dañar irreparablemente la reputación de la asociación.
Frente a este panorama, los socios inconformes se preparan para tomar acciones legales que permitan proteger los intereses de las empresas afiliadas y devolverle a ARHCOS la credibilidad y prestigio que alguna vez la distinguieron como un organismo líder en la región.