En un entramado político que desdibuja las líneas entre la oposición y la alianza, Lucía Meza, actual candidata a la gubernatura de Morelos, enfrenta críticas por sus recientes contradicciones. Anteriormente, mientras formaba parte de Morena, Meza arremetió contra Xóchitl Gálvez, tachándola de representar «lo peor del PAN» y los excesos del sistema político que los mexicanos rechazaron en las elecciones de 2018. Sin embargo, la dinámica ha cambiado drásticamente ahora que Meza ha dejado Morena para unirse a una coalición que incluye al PAN, el partido de Gálvez.
Durante el arranque de las Brigadas por la Esperanza, una campaña informativa sobre Claudia Sheinbaum, Meza se pronunció duramente contra Gálvez, asociándola con el «pasado negro» de la política mexicana, en referencia a la alianza histórica entre el PRI y el PAN, conocida coloquialmente como PRIAN. Sus palabras resonaron fuertemente entre los seguidores de Morena, que vieron en ellas un eco de sus propias críticas hacia los tradicionales partidos políticos.
Ahora, con el cambio de partido, Meza se encuentra trabajando codo a codo con Gálvez, lo que ha provocado que sus críticos señalen una clara incoherencia entre sus declaraciones pasadas y sus acciones actuales. Este cambio no solo ha sorprendido a sus adversarios políticos, sino que también ha sembrado dudas entre sus antiguos seguidores, quienes cuestionan la autenticidad de su compromiso con los principios que una vez proclamó.