En 2019 ya había sido detenido, pero fue puesto en libertad tras el estallido de una ola de violencia.
Las Fuerzas Armadas Federales de México han logrado detener a Ovidio Guzmán, hijo de ‘El Chapo’, en un operativo realizado este jueves en el municipio de Jesús María, en la ciudad de Culiacán. La captura de uno de los líderes más destacados del cártel de Sinaloa ha convertido la capital del Estado en un auténtico escenario de guerra que ha obligado a las autoridades a cerrar el aeropuerto local, desplegar a la Guardia Nacional y pedir a la población que «no salgan de sus casas». Se trata de la segunda vez que se logra detener a este joven criminal, tras el conocido Culiacanazo del 2019, cuando fue retenido y liberado a las pocas horas por la presión violenta de los sicarios de Sinaloa.
Después de varias horas de incertidumbre y especulación mediática, el secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, ha confirmado que Ovidio Guzmán ya ha sido trasladado hasta la Ciudad de México en un avión militar que, según ha trascendido, habría sufrido varios impactos de bala cuando trataba de despegar de Culiacán. En su intento por liberar a su líder, los sicarios de Sinaloa han desatado una oleada de ataques en distintos puntos de la ciudad. Las autoridades han contabilizado hasta 19 bloqueos viales, pero no han confirmado hasta el momento heridos o víctimas mortales.
Según ha detallado el secretario Sandoval, después de «seis meses de trabajo de reconocimiento y vigilancia», un comando del Ejército ubicó la madrugada del jueves un convoy «de pickup blindadas» al noroeste de Culiacán. Tras darles el alto, se registró un enfrentamiento directo que derivó en la captura de Ovidio Guzmán, quien tenía en su poder «armamento de uso exclusivo del ejército». El detenido fue trasladado en ese momento hasta la capital mexicana ante el acoso constante del grupo criminal que bloqueó todos los accesos de la ciudad y atacó puertos, aeropuertos, prisiones y cuarteles militares.
También te puede interesar: Analistas criticaron el uso político que AMLO le ha dado a la Guardia Nacional: “Es una ficción administrativa”.
Tal y como ocurriera en el Culiacanazo, que dejó 8 muertos, 16 heridos y 47 presos fugados de prisión, este operativo ha desencadenado una reacción sumamente violenta por parte del cártel de Sinaloa, cuyos sicarios han bajado desde la sierra para tomar el control de la capital del Estado, tomando como rehenes a sus 800.000 habitantes. Las calles de Culiacán han amanecido con bloqueos de carreteras, vehículos incendiados y comandos armados patrullando en todas direcciones. El secretario de Seguridad estatal, Cristóbal Castañeda, ha asegurado a través de Twitter que «se están presentando despojos de vehículos y bloqueos en diferentes puntos de la ciudad, pedimos a la ciudadanía no salir, estamos actuando en consecuencia».
En la misma línea, Protección Civil de Sinaloa ha pedido a la población, «no salir de sus casas». El aeropuerto de Culiacán ha sido cerrado temporalmente y, según se atestigua en vídeos compartidos por testigos en redes sociales, varios hombres armados han irrumpido en el vestíbulo tratando de frenar la captura de su jefe. El aeródromo de la Ciudad de México ha anunciado que: «derivado del cierre de Aeropuertos en Sinaloa podrá haber cancelaciones y/o demoras de vuelos». La Liga de fútbol mexicana también ha comunicado la cancelación del partido que debía enfrentar a Los Dorados de Culiacán y los Correcaminos.
Ovidio Guzmán es el tercer hijo que El Chapo tuvo con su tercera esposa, Griselda López, y en las calles se ganó el apodo de El Ratón por su capacidad para evadir a la policía. Tras la caída definitiva de su padre, condenado en Estados Unidos a cadena perpetua y 30 años adicionales, Ovidio y sus hermanos Iván y Alfredo han tenido que pelear para mantener el poder sobre el cártel de Sinaloa. Según detalla la orden de extradición que pesa en su contra, Ovidio Guzmán habría organizado el envío a Estados Unidos de al menos «una tonelada de metanfetamina» entre los años 2008 y 2017. En una entrevista con Vice, el ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, Mike Virgil, llegó a describir a los hermanos Guzmán López como «más tontos que una piedra».
Fuente: EL MUNDO