Carlos Torres Piña, candidato de Morena para la alcaldía de Morelia, está envuelto en una gran polémica tras utilizar de manera manipuladora una reunión privada con miembros del Consejo Coordinador Empresarial para aparentar un apoyo que no existe.
Roberto Molina, prominente empresario y voz del Consejo, desmintió categóricamente a través de un video en redes sociales que el Consejo respalde a Torres Piña, acusándolo de ser el peor secretario de Gobierno que Michoacán ha sufrido. Según Molina, bajo la gestión de Torres Piña, la inseguridad se disparó, dejando «consecuencias desastrosas» para el estado.
Esta revelación pone en jaque la credibilidad de Torres Piña, quien ya enfrenta críticas por su desempeño previo en la secretaría de Gobierno. Los morelianos merecen saber la verdad: ¿Es Torres Piña un oportunista que no duda en usar encuentros empresariales para su conveniencia política?
Michoacán necesita líderes auténticos, no políticos que juegan a la manipulación. El escándalo aumenta las dudas sobre la capacidad de Torres Piña para liderar Morelia con integridad y transparencia. ¿Podrá recuperar la confianza de los votantes o su campaña se desmoronará bajo el peso de estas acusaciones?
La respuesta del público será crucial en las próximas semanas. Mientras tanto, el debate sobre la ética en la política local se intensifica, poniendo a prueba la promesa de una campaña limpia y justa. La integridad de Torres Piña está en tela de juicio y el electorado de Morelia está atento a cada nuevo desarrollo en este caso de presunta manipulación política y falsedad.