Funcionarios de Estados Unidos, Guatemala y México sostendrán «lo más pronto posible» una reunión para tratar la situación de la migración en la región, dijo este lunes la canciller mexicana Alicia Bárcena, en momentos en que los países tratan de acotar los intensos flujos de migrantes hacia el norte del continente.
La reunión es uno de los acuerdos alcanzados durante un encuentro el pasado viernes en Washington entre delegados de México y Estados Unidos, dijo Bárcena, quien encabezó la cita por el lado mexicano, junto con su homólogo estadounidense, Antony Blinken.
«Sostendremos una reunión trilateral México, Guatemala, Estados Unidos, lo más pronto posible, a nivel de ministros», afirmó Bárcena a periodistas, quien destacó que en la cita se reconoció el esfuerzo de México para bajar a la mitad la llegada de migrantes a la frontera con Estados Unidos desde diciembre pasado.
La reunión sería la primera de estas características para el nuevo gobierno guatemalteco de Bernardo Arévalo, que asumió la presidencia hace una semana con la promesa de tratar a los migrantes que atraviesan Guatemala con dignidad, respeto y compasión.
A pesar de haberse registrado un descenso en los flujos migratorios en las últimas semanas, cientos de migrantes de distintas nacionalidades partieron el sábado desde la ciudad hondureña de San Pedro Sula en una caravana que se diluyó al llegar a la frontera con Guatemala.
Bárcena informó también que México solicitó el viernes en Washington cambios operativos para la aplicación CBP One del gobierno de Estados Unidos, que sirve para que los migrantes fijen citas de solicitud de asilo a través de un dispositivo móvil.
«Esta plataforma parte del paralelo 19 que es la Ciudad de México, hacia el norte; nosotros estamos pidiendo que se corra hacia el sur para no forzar a que los migrantes tengan que ir por el norte de la Ciudad de México para inscribirse», detalló.
En el encuentro se acordó también crear un panel conjunto que se reúna semanalmente para homologar cifras migratorias y Washington se comprometió a intercambiar información antes de sancionar a empresas mexicanas que transportan migrantes, en lugar de hacerlo unilateralmente, como sucede con compañías de Centroamérica.
