La extesorera de Estados Unidos, Rosario Marín, comentó que el nearshoring podría impulsar 3% el PIB de México y que la inversión anunciada por Tesla en Nuevo León atraerá a cientos de empresas. Sin embargo, señaló que México enfrenta retos de mano de obra calificada y de infraestructura energética que podrían afectar negativamente la llegada de capital extranjero.
“El nearshoring tiene potencial de aumentar las exportaciones de manufactura a los Estados Unidos, que representan actualmente alrededor del 40% de la economía de México, es un estimado que se compone de 94,000 millones de dólares de ganancias como la electrónica y la industria automotriz, en sectores que se han beneficiado en la primera ola”.
“22,000 millones de dólares es la segunda ola de crecimiento del nearshoring, en hardware, tecnología y otras oportunidades, al relacionar el suministro de vehículos eléctricos y otras tecnologías limpias, mientras tanto, las nuevas inversiones por nearshoring podrán alcanzar hasta 46,000 millones de dólares en los próximos cinco años, ayudando al crecimiento anual del PIB de México con el 3% desde un estimado de 1.9% en 2022”, enfatizó la extesorera del gobierno de Estados Unidos.
Así lo comentó Marín en su ponencia, durante el evento “Soluciones nearshoring para empresas, unamos fronteras», que organizó Scotiabank.
Sin embargo, Rosario Marín, enfatizó que en el país se enfrentan problemas con el acceso a mano de obra calificada, la relación con el medio ambiente, la infraestructura y los derechos de propiedad intelectual que se hizo en 2022.
“Quiero enfatizar el problema que tenemos en la infraestructura eléctrica, porque si no tenemos la adecuada infraestructura energética, todas esas inversiones van a ser negativamente impactadas”.
“Esto es un factor limitante, el país ha invertido poco en el sector eléctrico y necesita mejorar la capacidad de generación. México necesitaría, es un estimado, de 40,000 millones de dólares en gastos incrementales, para construir la suficiente capacidad de generación de energía y expansión de la red con la reorganización del nearshoring”, alertó la exfuncionaria del gobierno de Estados Unidos.
Dijo que se debe resolver este reto más rápido que nada, porque también hay problemas con el suministro de agua, la capacitación laboral, las carreteras, “estas son inversiones que los gobiernos deben hacer para poder tomar la oportunidad”.
“Si no hacemos eso, vamos a ver que todo ese potencial no se va a lograr. Esos son los retos, son los obstáculos, y una cosa que le digo con todo respeto al gobernador y a los gobiernos de los tres niveles, he trabajado con dos gobernadores y fui tesorera del gobierno de Estados Unidos: la función del gobierno no es crear empleos, es crear el ambiente para crear esos empleos, el gobierno debe trabajar para proveer la infraestructura que se necesita para crecer, y cómo lo hace a través de regulaciones que lejos de mermar o reducir el potencial, lo aumentan”, dijo enfática.
Recordó que durante uno de los gobiernos estatales de la Unión Americana en los que participó, el gobernador encontró la administración con un déficit de 14,000 millones de dólares y planteó la necesidad de “amarrarse el cinturón y aumentar los impuestos”.
Así como de acercarse a la industria para conocer sus necesidades y crear más regulaciones, ofrecer crédito, sobre todo a las pymes, estas acciones generaron que el gobernador su gestión con un superávit de 9,000 millones de dólares.
“Entendimos que nuestra función era enfocarse en las pymes, quienes son las que generan empleos”
Confió en que México tiene ese potencial para aprovechar las oportunidades que se presentan en la región por la relocalización de empresas, sobre todo de Asia.
Si se aprovechan las oportunidades, México, Estados Unidos y Canadá podrán tener mejores empleos, mejor pagados y más crédito, a través del T-MEC, concluyó.