Pedro Haces, líder de CATEM, un personaje con un historial muy manchado y de muy poca credibilidad y honestidad vuelve a ser blanco mediático por intentar ocultar su pasado polémico a toda costa, esta vez fue por su conocida alianza con “Eliminalia”, una empresa española especializada en eliminar cualquier rastro de información comprometedora en internet.
Esta firma que ha trabajado con delincuentes y políticos corruptos ha sido el arma de Haces para esconder su implicación en redes de corrupción y acuerdos con gobiernos priistas como los de Javier Duarte y Roberto Borge.
A pesar de presentarse como un aliado de la clase trabajadora y figura clave en la «Cuarta Transformación», Haces parece dispuesto a usar métodos de censura digital para reescribir su historial o por lo menos ocultarlo lo más posible. En lugar de asumir responsabilidades por los señalamientos en su contra, opta por eliminar cualquier mención de sus lazos con líderes corruptos, mostrando que sus prioridades están lejos de la transparencia y el bienestar de los trabajadores, poniendo antes su imagen, puesto sindical y estilo de vida.
Con esta estrategia, Haces demuestra ser alguien sin ética ni legalidad, dispuesto a manipular la opinión pública y mantener una fachada de integridad a costa de la verdad. Para CATEM, un sindicato que pretende representar a millones de trabajadores, tener un líder que emplea tácticas de censura para su beneficio personal plantea dudas graves sobre su compromiso con los derechos laborales.
La supuesta integridad de Haces es solo una ilusión: detrás de sus discursos de “transformación”, se esconde una figura cuyo verdadero interés es proteger su reputación por encima de los principios que dice defender.