Todo empezó con más de 5.700 dosis de la vacuna rusa Sputnik V escondidas en dos hieleras.
Las autoridades aduanales y militares anunciaron la semana pasada el hallazgo de miles de frascos dentro de un avión privado aparcado en el Aeropuerto Internacional de Campeche, en el sur de México, que tenían como destino San Pedro Sula, la ciudad más poblada de Honduras. Después de que se dio a conocer el decomiso se multiplicaron las sospechas sobre un posible robo de los fármacos, una hipótesis descartada por Rusia y las autoridades mexicanas, que señalaron que se trataba de productos apócrifos. La trama ha dado ahora un giro inesperado. El millonario pakistaní Yusuf Amdani, uno de los hombres más poderosos en Centroamérica, ha reconocido que está detrás del envío fallido de los fármacos. “La finalidad de traer estas vacunas era única y exclusivamente para ser aplicadas de forma gratuita a nuestros colaboradores y sus familiares”, aseguró Grupo Karim’s, propiedad de Amdani, en un comunicado.
“En ningún momento y bajo ninguna circunstancia, Grupo Karim’s pretendía introducir de forma ilegal vacunas”, agregó la empresa, con fuertes intereses en la industria textil e inmobiliaria y presencia en México, Emiratos Árabes, Pakistán, República Dominicana y cuatro países de Centroamérica. La firma argumentó que tenía el derecho de buscar las vacunas por su cuenta, al margen de las negociaciones gubernamentales, por el principio de acceso a la Salud, consagrado en la Constitución hondureña. Justificó también en el boletín que sufrió “un duro golpe” en sus operaciones tras la llegada de la pandemia de la covid-19. “Con la mejor de las intenciones se buscaron alternativas para la adquisición de vacunas en aras de salvaguardar la vida de nuestros colaboradores y sus familias”, insistió la compañía.
Fuente: El País