“La gradualidad y la flexibilidad no se pueden convertir en pretextos para posponer una reforma (de la jornada laboral) que ya debió haber tenido un avance hace mucho tiempo”, afirmó Mario López Roldán, director del centro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en México para América Latina.
En el marco de la cuarta jornada del Parlamento Abierto para analizar el impacto de la reforma constitucional de las 40 horas laborales, el representante del organismo destacó que nuestro país es una de las economías con jornadas más extensas, con peor balance vida-trabajo y niveles bajos de productividad, por lo que no se puede retrasar la discusión de este tema.
“Las empresas en México han tenido muchos años para prepararse para este tipo de cambios”, sentenció. En este sentido, el especialista insistió en que nuestro país tiene que avanzar en la reducción del tiempo de trabajo aprovechando la experiencia internacional.
“La OCDE está muy preocupada por el estado de los trabajadores en México. En diferentes direcciones se están cobrando más atención en este tema. Nos preocupa hablar de un sector fundido, con graves obstáculos para aumentar su capacidad de productividad”, expuso.
La realidad de la mayoría de las economías de la OCDE es un límite legal de 40 horas por semana, con economías como los Países Bajos y Dinamarca con un promedio menor. “Con jornadas semanales de 45 horas a nivel global, México está en el grupo de Malasia, Turquía, Tanzania, Namibia, Samoa y sólo por arriba de Tailandia, Senegal, Afganistán, Corea del Sur, Sudáfrica”, detalló.
El representante del organismo indicó que una reforma “gradual e incluyente” para reducir la jornada de trabajo es oportuna y se traducirá en diversos beneficios no sólo en el plano laboral, también en aspectos como la inclusión, salud y movilidad.
Mario López Roldán compartió que hasta, entre los países miembros de la OCDE que han realizado reformas de este tipo, no hay evidencias de que se haya generado una crisis empresarial o de empleo años después de implementar la disminución del tiempo laboral.
Sin embargo, reconoció que la evidencia internacional muestra que una reducción del límite de horas de trabajo semanales se debe realizar con gradualidad, diálogo social, programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, estrategias nacionales de habilidades, aumento de días de vacaciones e incremento en salarios.
“Lo esencial en la implementación es una apropiación multisectorial, que ya estén convencidos los diferentes actores, la secuencialidad de las medidas, tomar en cuenta otras reformas que se han llevado a cabo, la flexibilidad, la gradualidad para asegurar el cumplimiento y ahí la cuestión es evaluar a ¿A dónde se da la gradualidad? ¿A qué sectores se les apoya más? Para eso es importante el acompañamiento técnico en la implementación y un elemento fundamental es el apoyo a las micro y pequeñas empresas”, expuso.
Ante las preocupaciones por el impacto de la reforma en la productividad laboral, el representante de la OCDE puntualizó que precisamente en las economías con mayor productividad hay jornadas laborales más cortas. En estos casos, dijo, la disminución en las horas se ha traducido en un incentivo para los trabajadores.
En México hay muchos pobres de tiempo
México es uno de los países donde las personas destinan más tiempo para el trabajo, y uno de las peores economías en el balance vida-trabajo, esto significa que los mexicanos cuentan con pocas horas para el esparcimiento y el cuidado personal.
“Esto es sin contar los tiempos que pasan en el transporte. En otras palabras, México es uno de los países de la OCDE con más trabajadores pobres de tiempo, que es un concepto muy importante”, apuntó Mario López Roldán.
En 2022, los mexicanos destinaron 2,226 horas al trabajo, este promedio es 474 horas superior al de todos los países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.
“La cultura de horarios laborales prolongados genera ausentismo, aumenta los riesgos de accidentes de trabajo, riesgos de enfermedad, incrementa el estrés, agrava los desafíos que presenta el envejecimiento de la población al reducir la capacidad de los trabajadores para continuar laborando con buena salud”, agregó.