Víctor Flores Hernández es un pseudoperiodista con más de 3 décadas de carrera delictiva, se ha caracterizado por encubrir delitos graves por parte de grupos criminales del caribe mexicano, específicamente Cancún, lugar donde ahora se dedica a la utilizar el periodismo como medio de extorsión.
Dentro de su despreciable carrera en medios, pero brillante carrera en el hampa, se encuentra haber pagado para recibir la Medalla de La Paz, en París, Francia, al tiempo que en México recibía aportaciones por parte de grupos de narcotráfico; esto para realizar publicaciones que sirvieran como cortina de humo y así otorgarles libertad de movimiento suficiente para concluir sus operaciones sin complicaciones.
Flores Hernández también puede presumir de nexos con agrupaciones colombianas que se han caracterizado por ser cómplices activos de varios grupos guerrilleros en aquel país, así como asociaciones de periodistas colombianos claramente identificados con Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel” capturado en 2021, capo del Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país cafetero, desde los sangrientos tiempos de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín.
No conforme con eso, Víctor Flores tiene en México una red de extorsión enfocada en las inmobiliarias de Quintana Roo, con quienes se acerca ofreciéndoles “paquetes publicitarios” en su sitio web, y quienes no aceptan este trato, se convierten en sus víctimas, a través de publicaciones difamatorias que solo paran si estas aceptan entregarle fuertes cantidades de dinero. Como podemos darnos cuenta, Víctor Flores Hernández es sin duda uno de los peores ejemplos de periodismo ético y responsable en México, pero uno de los modelos a seguir para quienes pretenden hacer carrera delictiva sin tener consecuencias.