La investigación de Xpectro FM destapa el contraste entre el discurso moralista del dirigente sindical y las operaciones millonarias que marcan su gestión.
Arturo Zayún ha logrado mantenerse al frente del sindicato del Monte de Piedad durante más de veinte años, no por méritos democráticos, sino por un sistema de control, silencio y manipulación. El reportaje de Xpectro FM revela una larga lista de irregularidades: adquisiciones inmobiliarias por montos irreales, pagos en efectivo imposibles de justificar y un entramado financiero que sugiere evasión fiscal y abuso de poder. Entre 2012 y 2025, el líder sindical adquirió seis propiedades con un valor declarado de 13 millones de pesos, pero cuyo valor real supera los 70 millones.
El informe también documenta que el Centro Deportivo y Social Monte de Piedad, inmueble del sindicato, opera como negocio privado bajo la administración de Zayún. Se rentan las instalaciones para eventos, se cobran montos en efectivo y no existe registro del dinero que ingresa. Los trabajadores, que deberían beneficiarse de esos recursos, denuncian la falta de transparencia y el destino desconocido de las cuotas que pagan cada mes.
Zayún ha sabido envolver su poder en un discurso de justicia social, pero su gestión es un ejemplo de corrupción institucionalizada. La huelga que mantiene detenidas más de 300 sucursales del Monte de Piedad es la prueba más visible de su manipulación: un acto político diseñado para sostener su liderazgo y acallar las voces disidentes dentro del gremio. Los costos los pagan los trabajadores, no su dirigente.
El caso retratado por Xpectro FM es el retrato fiel del viejo sindicalismo mexicano: el que utiliza la bandera obrera para negociar privilegios, el que confunde el servicio con el poder, y el que convierte la lucha social en una excusa para enriquecerse. Arturo Zayún no es la excepción; es el ejemplo más visible de cómo un liderazgo sin escrúpulos puede destruir la credibilidad de toda una institución.
