Las apuestas iniciales eran de un incremento de 2.5% pero el salto no se produjo, pese a tasas de interés en su mínimo histórico y a la aprobación de la reforma de las jubilaciones; el fracaso de la subasta de presal en noviembre mostró que aún faltaba mucho para conquistar la confianza de los inversores.
La economía de Brasil creció 1.1% en el 2019, frustrando las expectativas de despegue rápido creadas por el programa liberal del presidente Jair Bolsonaro en su primer año de gobierno, y las perspectivas del 2020 están comprometidas por la rápida expansión del coronavirus.
El dato, publicado el miércoles por el instituto oficial de estadísticas IBGE, muestra incluso una ralentización respecto a la expansión de 1.3% del PIB de la mayor economía latinoamericana en el 2017 y el 2018.
A inicios del año pasado, los mercados contaban con el programa de ajustes y privatizaciones del exmilitar de ultraderecha para dejar definitivamente atrás los dos años de recesión (2015 y 2016) que marcaron el fin de 13 años de poder de la izquierda.
Las apuestas iniciales eran de un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.5 por ciento. Pero el salto no se produjo, pese a tasas de interés en su mínimo histórico y a la aprobación en octubre de la reforma de las jubilaciones, considerada esencial para sanear las cuentas públicas. “Son tres años de resultados positivos, pero el PIB aún no anuló la caída del 2015 y el 2016 y está en el mismo nivel del tercer trimestre del 2013”, expuso Rebeca Palis, coordinadora de cuentas nacionales del IBGE.
En noviembre, la ausencia de las grandes empresas petroleras internacionales en una importante subasta de pozos en aguas profundas mostró que aún faltaba mucho para conquistar la confianza de los inversores.
“Fue un baño de realidad (…). Brasil está pasando por un periodo de transición y el problema no se resuelve en un año”, afirmó Victor Beyrute, economista de Guide Investimentos.
Es una “transición” que pone a prueba la paciencia de 11.9 millones de desocupados y de 4.7 millones de “desalentados”, como se conoce en Brasil a las personas que desistieron de buscar empleo por falta de oportunidades, a siete meses de las elecciones municipales de octubre. El 2020 empezó con idénticas expectativas de una aceleración de las reformas, con proyecciones tanto del gobierno como del mercado de un crecimiento de al menos 2.4 por ciento. La consultora Capital Economics, que ya había recortado su previsión de 2 a 1.5%, volvió a rebajarla el martes a 1.3 por ciento.
El Banco Central de Brasil, que en febrero señaló su voluntad de cerrar un ciclo de cinco recortes sucesivos de la tasa básica Selic (actualmente en 4.25%), indicó el martes que estudiará una nueva rebaja en su próxima reunión del 18 de marzo, dado “el impacto de la desaceleración global” provocada por la crisis sanitaria.
El economista André Perfeito, de la consultora Necton, declaró a la agencia Bloomberg que prevé “dos recortes adicionales (de la Selic) este año, de 0.5 puntos porcentuales cada uno”.
En el cuarto trimestre, el PIB de Brasil creció 0.5% respecto al trimestre anterior (cuando había crecido 0.6%) y 1.7% en comparación con el mismo periodo del 2018.
Capital Economics estimó que “el crecimiento trimestral relativamente robusto de 0.5% encubre una fuerte pérdida de impulso en el cuarto trimestre”, durante el cual se publicaron malos índices de la industria y el comercio.

Fuente: El Economista